top of page

Viaje del Vino.

Lunes, 1 de Octubre, 10:30 de la mañana y en lugar de estar en clase, nos disponemos a montarnos en el autobús, que durante tres días nos acompañará en el viaje que nos introducirá en el mundo maravilloso del vino, en general y de su arquitectura en particular.

Un viaje corto, solo tres días, pero intenso, donde visitaremos la concentración de bodegas más grande en un mismo lugar de todo el mundo, como es el Barrio de la Estación, en Haro, además de otras bodegas de renombre.

El primer día, es el del primer contacto con este mundo, el de las nuevas sensaciones, el que nos abrirá las puertas a nuevos olores, sensaciones, sabores...

Tras una hora y media de trayecto, desde que dejamos la universidad, llegamos a nuestra primera parada, la que abrirá de par en par las puertas a unos totales desconidos del mundo del vino y de todo lo que lo rodea. Nos encontramos a 170 km de Madrid, más concretamente en las Bodegas Portia, situadas en Gumiel de Izán, Burgos.

Hay que señalar que fue en parte por esta primera bodega por la que decidí apuntarme al viaje, ya que fue diseñada por Norman Foster, uno de los arquitectos más valorados y mediáticos de la actualidad, sin embargo no fue ni mucho menos, como ya se verá más adelante, la mejor o la que me causó mayor impacto de todas las que visitamos.

Para ser la primera visita, por lo menos a mi, me defraudó un poco, ya que tenía muchas espectativas y muchas esperanzas en esta bodega. Una cosa segura a diferencia con otras bodegas que veremos más adelante, esta está diseñada para ser visitada, es decir su primera función además de producir vino, es la de ser un atrayente de turistas, ya sea por el diseño, o por la figura de su arquitecto.

Hay que destacar el buen trato que nos dieron en todo momento y al fin y al cabo nos introdujeron en el arte de la cata de vinos, concretamente nos enseñaron como tomar la copa en nuestra mano, seguido de un débil movimiento de la copa, acercarnos la copa a la nariz, para poder oler el vino y por último saborear dicho vino.

Tras una pequeña comida en esta bodega rematada con un sorbete de frambuesa maravilloso, nos dirigimos hacia Haro, lugar donde pasaremos la primera noche.

De camino, paramos en la segunda bodega, las Bodegas Ismael Arroyo, donde al conocer ya el proceso de la fabricación del vino, explicado en la anterior bodega, lo que más nos fascinó fue su construcción más austera y antigua, con la conservación del vino en barricas y en botellas bajo tierra, en antiguas cuevas a mucha profundidad, donde te podrías fijar en las huellas dejadas por los cinceles de aquellos que abrieron estos surcos en la tierra para mantener el vino en condiciones especiales.

Tras esta bodega y después de otra cata, la segunda del día, nos dirigimos a cenar y a reponer fuerzas para el siguiente día.

En el segundo día visitamos tres bodegas en el Barrio de la Estación, en Haro, las Bodegas Rafael López de Heredia, las Bodegas Roda y las Bodegas Gómez Cruzado.

De estas tres bodegas, la que más me gustó de ese día y en general de todo el viaje fue las de Rafael López de Heredia, unas bodegas que mezclan edificios más o menos adaptados a la actividad, con unas galerías subterráneas alucinantes donde conservan el vino especial. Allí además de un recorrido por las inmensas galerías a oscuras con barricas y botellas de vino apiladas y llenas de moho, tuvimos la suerte de poder ver el taller de la bodega, donde realizan las barricas de madera manualmente con el calor del fuego.

La verdad es que de todas las bodegas que visitamos me quedaría con algo de cada una, todas tienen algo bello que las hacen diferentes.

Aunque hubo muchas más cosas que señalar del viaje, no puedo dejar de mencionar la visita al pueblo de Atauta, en Soria, en el tercer día de nuestro viaje, un paraje alucinante con unas visitas maravillosas y que recomiendo su visita a todo aquel que no haya estado.

Llegas de una gran ciudad como Madrid, y te das cuenta de la suerte que tiene esa gente, de la calidad de vida que ofrece un lugar así... es cierto que no tendrán muchas cosas que se tiene en la ciudad, pero no lo necesitan, con una media de población de unas 60 - 70 personas y todas ellas de avanzada edad con sus bodegas antiguas y sus viñas tienen más que suficiente, dicho por ellos mismos.

Captura de pantalla 2014-11-14 a la(s) 14.00.33.png
Captura de pantalla 2014-11-14 a la(s) 14.00.49.png
Captura de pantalla 2014-11-14 a la(s) 14.00.59.png
Captura de pantalla 2014-11-14 a la(s) 14.01.18.png
Captura de pantalla 2014-11-14 a la(s) 14.01.31.png

Bodegas Portia.

Captura de pantalla 2014-11-14 a la(s) 13.46.42.png

La bodega está diseñada por Noman Foster y está estructurada con hormigón, madera, acero y vidrio. En total 12.500 metros cuadrados, organizados en tres plantas en forma de estrella cuyos tres brazos corresponden a las distintas zonas de elaboración, fermentación y crianza del vino.

El corazón central, sobre el que se encuentra la tolva receptora de las uvas, actúa también como centro de coordinación, incluyendo la tienda, la sala de cata, el auditorio, la sala de reuniones y la cafetería.

Bodegas Ismael Arroyo.

Captura de pantalla 2014-11-14 a la(s) 13.49.19.png
Captura de pantalla 2014-11-14 a la(s) 13.49.32.png
Captura de pantalla 2014-11-14 a la(s) 13.49.48.png

Esta bodega ha sido considerada como una de las catedrales del vino. La bodega subterránea del siglo XVI es una prueba más de la dedicación de esta familia, a la elaboración del vino.

Son 1.200 metros cuadrados de galerías subterránas excavadas en la roca y está horadada en la piedra.

En 1992 se realizó una ampliación subterránea de 800 metros cuadrados para completar el parque de barricadas y botelleros.

Bodegas R. López heredia.

Captura de pantalla 2014-11-14 a la(s) 13.53.10.png
Captura de pantalla 2014-11-14 a la(s) 13.53.26.png
Captura de pantalla 2014-11-14 a la(s) 13.53.36.png
Captura de pantalla 2014-11-14 a la(s) 13.53.51.png

En la mítica ciudad de Haro, capital de la Rioja Alta, tal vez donde mejor se produce la extraordinaria suma de coincidencias entre bondad del clima y severidad de la tierra, se encuentran las Bodegas López heredia, las más antiguas de Haro y una de las tres primeras de la Rioja. La estrtégica situación de sus viñedos, la calidad excepcional de las plantaciones, así como de las variedades empleadas, tienen su complemento imprescindible en una magnífica bodega, cuyo proceso de creación fue similar a la plantación de los viñedos, lentamente, con el máximo cariño.

Bodegas Roda.

Captura de pantalla 2014-11-14 a la(s) 13.55.31.png
Captura de pantalla 2014-11-14 a la(s) 13.55.45.png
Captura de pantalla 2014-11-14 a la(s) 13.55.59.png

Un viñedo en un balcón en la proa del Barrio de la Estación de Haro, asomado al río Ebro, se transformó en la actual bodega. Atravesándolo a 12 metros de profundidad, ya existía un antiguo calado del siglo XIX, que sirvió en su tiempo para almacenar las cosechas de vino de los viticultores de la zona, que posteriormente se enviaban a Burdeos por ferrocarril para mitigar los daños provocados por la filoxera.

Ermita de San Baudelio de Berlanga.

Captura de pantalla 2014-11-14 a la(s) 13.58.33.png
Captura de pantalla 2014-11-14 a la(s) 13.58.40.png

En un páramo reseco de las cercanías de Berlanga, en Soria, encontramos este extraño edificio que, por sus especiales características, parece fuera del tiempo, fuera del espacio o ambas cosas a la vez. En efecto, todo en él es sorprendente: su discreta imagen exterior, su compleja estructura interior y los restos de sus pinturas que, después de una triste historia de compraventas y juzgados, están repartidas entre varios museos norteamericanos y el Museo del Prado. Fue declarado Monumento Nacional en 1917.

bottom of page