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Serás un hombre, hijo mío.

Si puedes mantener la cabeza sobre los hombros,

cuando otros la pierden y te cargan sus culpas.

Si confías en ti mismo, aun cuando todos de ti dudan,

pero aún así, tomas en cuenta sus dudas.

Si puedes seoñar y no hacer de tus sueños tu guía.

Si puedes pensar, sin hacer de tus pensamientos tu meta.

Si triunfo y derrota se cruzan en tu camino y

tratas de igual manera a ambos impostores.

Si puedes hacer un montón con todas tus victorias.

Si puedes arrojarlas al capricho del azar y perder,

y remontarte de nuevo a tus comienzos,

sin que salga de tus labios una queja.

Si logras que tus nervios y el corazón sean tu fiel compañero,

y resistir aunque tus fuerzas se vean menguadas,

con la única ayuda de la voluntad, que dice "Adelante".

Si ante la multitud, das a la virtud abrigo.

Si aun marchando con reyes, guardas tu sencillez.

Si no pueden herirte ni amigos ni enemigos.

Si todos te reclaman y ninguno te precisa.

Si puedes rellenar un implacable minuto con

sesenta segundos de combate bravío...

Tuya es la tierra y sus codiciados frutos

y lo que es más importante.

Serás un hombre, hijo mío.

Riyard Kipling.

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